La gran pregunta que algunos osteópatas nos planteamos, ¿La Osteopatía salva vidas?

En las últimas fechas contadas desde la realización de este artículo, he pensado más profundamente en ello por un trágico suceso familiar. Es una especie de algo que está en boga en los años `20 del Siglo XXI, el Covid-19. ¿Las personas que mueren con Covid es por esta causa, o la causa es otra, quizá con un detonante ocasionado por la Covid-19? Esta es una pregunta que tendrán que contestar los especialistas en virología.

Mi pregunta, con la comparativa anterior es, ¿Una parada cardiovascular está producida por una lumbalgia cronificada, o la prolongación del dolor en el tiempo puede ser un detonante de muerte?

El Dr. Taylor Still, (1828-1917), padre de la osteopatía, nos propone en su amplia obra un planteamiento que en su tiempo se hizo, ¿La Osteopatía puede salvar vidas?

En una de estas obras, Filosofía y principoios mecánicos de la Osteopatía¹, explica que sacó sus propias conclusiones a través de sus propias observaciones en casos que trató exitosamente sin medicamentos. Estas líneas se refieren a una enfermedad de origen pulmonar llamada Tisis.

Real Academia Española
tisis

Del ant. ptisis, este del lat. pthisis o phthisis, y este del gr. φθίσις phthísis ‘consunción’.

1. f. Tuberculosis pulmonar.

2. f. Med. Enfermedad en que hay consunción gradual y lentafiebre y ulceración en algún órgano.

Obtuvo con tratamiento de Osteopatía pruebas concluyentes de que la tisis puede ser curada con técnicas osteopáticas. Aún, en aquella época, estamos hablando de 1902, no se divulgaba bajo evidencia científica en estudios que se realizaban.

Para que el gran público neofito en la Osteopatía lo pueda intentar entender, se le podría explicar como lo hizo el propio Taylor Still, confiriendo en sus enseñanzas a sus alumnos de la American School of Ostheopaty.

Primero, hay que comenzar a trabajar sobre el problema en fase temprana, porque, ¿cómo se explica la tisis? ¿No aparece con una tos permanente con expectoraciones de larga duración que datan de 2, 5, 10, incluso 30 años, desde los tiempos que el paciente adquirió el sarampión?

Explica la forma en que la tisis hace presencia através de tos y escalofríos durando 1 o 2 días. Aparece fiebre y más tos fuerte o debil. El resfriado se relaja en unos días, los pulmomes se «sueltan», y se produce mucho esputo durante un periodo de tiempo; sin embargo, la tos aparece una y otra vez con cambios de clima, y dura cada vez más, hasta hacerse permanente

La severidad de la tos y la tensión que produce, congestionan incluso las substancias pulmonares, y el resultado es inflamación crónica.

El esputo expulsa al exterior fibrina, incluso músculo pulmonar. Ante esto Still nos pregunta: -«¿El osteópata se rendirá en su desesperación?»

Asevera Still que el osteópata debería profundizar en busca de la causa. Y nos facilita el camino:

Debería buscar problemas en el nervio neumogástrico. El atlas o el hioides, vértebras, costillas o la clavícula, podrían estar presionando algún nervio que proporcione inervación a la membrana mucosa de las células bronquiales o a las vías respiratorias.

Nos pregunta Still el por qué una presión en cierto centro, rama o fibra nerviosa no puede causar cierta división de los nervios de los pulmones que gobiernan la circulación venosa, contrayendo y reteniendo la sangre indefinidamente como agente irritante y causando tos persistente. Y exige al osteópata que no saque la «bandera blanca» de la rendición.

Da importancia al riego que produce a la médula espinal la linfa como agente desintoxicante, y que estando los canales del cuello cerrados, el suministro de linfa se detiene a su paso por la 1ª vértebra cervical, con lo que la fiebre se eleva y la albúmina, que es la principal proteína en el cuerpo humano, se seca, siendo esta la causa de tubérculos, dado que la fiebre ha secado el agua y ha dejado a la albúmina en pequeños depósitos dentro del hígado, los pulmones, los riñones y los intestinos.

Vuelve a preguntarnos, -«¿No tenemos aquí una causa de tuberculosis miliar

Así es como con la investigación, la observación y la razón, el osteópata prepara un buen abordaje osteopático para una tuberculosis más allá del trabajo del médico, que llevó a su paciente a cambiar de lugar de residencia para que tuviera un cambio de «aires», le administra medicamentos abierta y frecuentemente, pero los pulmones están cada vez peor, la tos es más fuerte y continuada, hasta que, finalmente, la sangre comienza a llegar desde los pulmones y se va perdiendo fuerza.

Después de este fracaso, que lleva a la muerte, el médico le comunica a la familia que se trata de una «tisis hereditaria», y Still, como médico que fue, se revelaba contra la comodidad y satisfacción que a los médicos de la época les producía su aseveración sobre la «tisis hereditaria», es decir, era una forma en la que el médico justificaba su fracaso.

Si tiene usted una tos tediosa y debilitante al final del invierno y desea ser curado, nosotros le aconsejaríamos que comenzara tratamiento osteopátco cuanto antes, con el fin de habilitar a los pulmones para que sanen y se fortalezcan contra el ataque del próximo invierno.¹ (Dr. A.T. Still; página 114)

Añade que la estupidez cierra los ojos a sufridores y profesionales, y acompañamos al paciente con esa estupidez al fracaso vital, añadiendo Still que fueron más del 75% de los casos que se resolvieron en sus manos.

Como graduado superior en Osteopatía, estudiante de Máster Universitario de Osteopatía bajo Evidencia Científica, solo puedo preguntarme sin atreverme a ver la realidad de la afirmación por cobardía, si las cosas no siguen funcionando igual 110 años después.

Y me vuelvo a preguntar, incluso con los casos que hasta mí llegan, ¿la Osteopatía salva vidas?

JURAMENTOS HIPOCRÁTICOS

Primum non nocere (Ante todo, no perjudicar al paciente)

Vis medicatrix naturae (La fuerza curativa natural)

José Enrique García – Estudios Superiores en Osteopatía – Máster en Osteopatía bajo evidencia científica

 

BIBLIOGRAFIA

¹Taylor Still, A. Filosofía y principios mecánicos de la Osteopatía. Editorial TBA. ISBN: 978-987-87-0251-3. 2019 (De la obra original de 1902)