Escribía en julio de 2022 en este mismo espacio (https://jeexperience.com/wayne-gardner-sutherland-osteopatia-craneal/) una introducción a lo que es la terapia craneo-sacra evolucionada en osteopatía y presentada por un osteópata, el Dr. W.G. Sutherland en los años 30-40 del Siglo XX. En este artículo mencionado se desarrollan los fundamentos de la osteopatía sacrocraneal.
En los años 70 aparecen nuevas investigaciones sobre el proceso neurológico donde se mueve la osteopatía sacrocraneal difundida por el Dr. John E. Upledger (1932-2012)
El Dr. Upledger desempeñó de 1975 a 1983 como investigador clínico y profesor de biomecánica en el Colegio de Medicina Osteopática de la Universidad Estatal de Michigan. Fue durante esos años que su equipo de anatomistas, fisiólogos, biofísicos y bioingenieros se encargaron de realizar los experimentos que probaron la existencia y la influencia del sistema craneo-sacro.
Lo que en este artículo se pretende es hacerse eco de sus investigaciones y enseñanzas a través de la práctica clínica y sus resultados. Tan valido para osteópatas y terapéutas de otras disciplinas como para el público en general, que se pueda ver identificado con alguna de las interpretaciones que aquí se exponen.
Diseccionamos un cráneo en su parte neurológica. Hasta 12 pares de nervios craneales nos encontramos, incluso un 13º en el que se están investigando las posibles funciones de este. Es lo que se llama el sisema nervioso periférico. Desde aquí es donde parten todos los enlaces nerviosos de funcionamiento de todo el cuerpo en su estimulación y sensibilidad.
Advertimos entonces la importancia de una buena función de este sistema y las fórmulas de evaluación y trabajo del osteópata.
Los dos primeros nervios realmente son extensiones periféricas de los tractos de fibras neuronales, más que nervios periféricos. Son los nervios craneales I y II, (nervios olfatorios y ópticos).
Los dos nervios olfatorios, como su nombre indica, tienen que ver con la detección y distinción de olores, compuestos de diminutas particulas químicas, moléculas e iones. La estimulación química se convierte en impulsos nerviosos.
En osteopatía lo vamos a interpretar a través de la palpación de los huesos etmoides, maxilares, temporales, frontales y en la unión de los huesos occipital y esfenoides (sincondrosis esfenobasilar = SEB)

TMO etmoides

TMO maxilar

TMO temporal

TMO frontal

TMO SEB
En la deficiencia olfatoria se ven involucradas disfunciones somáticas de los huesos vómer, etmoides, frontal y esfenoides.
El segundo nervio aludido, el óptico, podemos abordar su disfunción por bloqueo óseo y que se interpretan desde disfunción en la visión, función endocrina, el apetito y la reducción de temperatura.
Las técnicas de manipulación osteopáticas (TMO) van encaminadas a la falta de movilidad de los huesos esfenoides, etmoides, occipital, SEB, y temporal.
Por sus relaciones arteriales también se relaciona con los huesos lacrimales y cigomáticos.
Por sus relaciones con la duramadre espinal (envoltorio externo medular) se relaciona con el funcionamiento biomecánico de las vértebras cervicales y el hueso sacro.
El tercer par de nervios craneales son los nervios oculomotores.
Una de las disfunciones que produce la parálisis de este par craneal es el estrabismo. Deja de mandar información motora a músculos que producen los movimientos de los ojos, tales como los rectos superiores, rectos inferiores, rectos laterales, rectos medios, oblicuos superiores y oblicuos inferiores.

Pares craneales comprometidos en los movimientos oculares
Para el osteópata es muy importante el núcleo oculomotor, que se halla anterior al acueducto mesencefálico que es la conexión de CV3 y CV4 (tercer y cuarto ventrículos cerebrales)
Entonces, trabajamos en la línea de liberar el CV4, zona en la que tenemos acceso desde el área de la base de la nuca.
También buscamos las normalizaciones de los huesos occipital, esfenoides, temporal y sacro, como principales causas motoras de disfunción nerviosa. De forma accesoria buscamos los movimientos en huesos maxilar, lacrimal y cornete nasal.

TMO Cornete nasal

TMO Globo ocular

TMO Maxilar
No nos olvidamos en este ámbito de la visión y todo lo que tiene que ver con los ojos, del nervio ocular externo (VI nervio craneal). Es más importante de lo que pudiera parecer antes de estudiar e investigar la osteopatía. La disfunción neuronal del VI par craneal nos puede llevar a sufrir el síndrome de Horner, descubierto en 1852 por Claude Bernard y más tarde por Johann Horner. Costa de constricción de la pupila y *blefaroptosis ipsolateralmente por la parálisis del tronco simpático en combinación con la reducción de la pesión intraocular, retracción del globo ocular, ausencia de sudación y un aumento secundario de la temperatura ipsolateralmente en la cara y el cuello, hipersecreción lagrimal y ocasionalmente, atrofia de los músculos faciales, y desarrollo de cataratas.
Con esta fisiología el osteópata aborda la regulación de los movimientos de los huesos esfenoides, temporal y occipital, además de la liberación del ya referido en imagen anterior del CV4.
El siguiente nervio al que nos referimos es muy conocido por las personas que sufren diferentes tipos de de dolor punzante de cabeza, cara y mandíbula. Nos referimos a los nervios trigéminos (V par craneal).
El trabajo del osteópata es muy amplio en cuanto a las estructuras craneanas, incorporando TMO en huesos temporal, mandíbula, esfenoides, lacrimales, frontal y occipital, además de nuevo de la regulación del CV4. En ocasiones se interpreta también por arrastre de estos huesos mencionados, los huesos parietales, palatino y nasal.

TMO Frontal

TMO Mandíbula

TMO Palatino
Los siguietes nervios que debemos referir son los nervios faciales, (VII nervio craneal). Occipital y temporal son los dos huesos que nutren su paso, y además, es la articulación temporomandibular (ATM) que crea disfunciones somáticas en la apertura y cierre de boca, acompañando a toda la musculatura masticadora.
El VIII par craneal, nervios vestibulococleares, accedemos a una buena regulación a través de las TMO en huesos palatino, temporal y occipital.
Los nervios vagos (X par craneal), con todas sus funciones, especialmente ortosimpáticas, vamos a manipular desde su origen
en los huesos temporales, palatinos y occipital. Siendo tan largo este par nervioso, debemos interactuar con el cuello y tórax, interviniendo manualmente con osteopatía estructural sobre las tres primeras vértebras cervicales, clavículas y primer par de costillas. También una buena regulación sobre la función del CV4.
Algo importante que vamos a detectar en la manipulación de la columna cervical son los efectos positivos sobre la tensión arterial, la función cardiaca y la actitud respiratoria. Esto en osteopatía lo detectamos sobre pacientes de los cardiólogos y neumólogos.
Sin retirarnos mucho del nervio vago, debemos indicar la conexión de los huesos temporales con el músculo diafragma, que pueden producir y producen cefaleas por congestión.
En cuanto a los dos últimos pares de nervios craneales que nos quedan, los nervios accesorios (XI par) y los nervios hipoglosos (XII par), vamos a intervenir en osteopatía con TMO craneales en occipital, temporales y palatinos para los n. accesorios, además, de nuevo, de regular el CV4 y las 5 primeras vértebras cervicales. Los huesos hioides, y occipital para los n. hipoglosos, además de las estructuras de las tres primeras vértebras cervicales.
Esto es, en definitiva, una interpretación integral de la forma de actuar para diferentes signos y síntomas recurrentes que sufridores de distintos tipos de molestias, dolores, vaídos, acúfenos no recuperados por la neurología, la traumatología o la otorrinolaringología por una no correspondencia en los tratamientos seguidos, la osteopatía puede aportar beneficios complementarios a esos tratamientos médicos, que generalmente suelen ser farmacológicos, en última instancia quirúrgicos.
Este arículo corresponde a las investigaciones originales de la terapia craneosacra del Dr. John E. Upleger publicadas en el segundo libro de la terapia craneosacra.
Las imagenes de los nervios
craneales las hemos extraído del libro «Síndrome de atrapamiento del nervio pudendo; Abordaje osteopático» en su 2ª edición de este autor que firma el presente artículo.
José Enrique García G. Osteópata Normativa Europea Máster en Osteopatía Bajo Evidencia Científica y Práctica Clínica
*blefaroptosis: caída del parpado superior por parálisis.